Refrigeración de Alimentos

En un mundo cada vez más globalizado y con una alta demanda de consumo de alimentos debido, entre otros factores, al elevado nivel de población, se hace fundamental asegurar una óptima cadena de conservación adecuada para estos alimentos. Dicho proceso, forma parte de la base para asegurar una correcta salubridad y calidad de vida de la población general. Por ello, la refrigeración de alimentos, responsable del mantenimiento de los mismos en condiciones de temperatura óptimas, y en algunos casos de humedad o incluso atmósfera, es la herramienta principal que asegura dicha cadena de conservación en todo tipo de alimentos perecederos.

Su principal efecto, y por consiguiente, las características más destacadas que nos ofrece la conservación y refrigeración de alimentos para todo tipo de alimentos son algunas de las siguientes:

• Calidad. Reducción de la proliferación de bacterias u otro tipo de organismos y contaminantes cuya acción malogre o convierta dichos alimentos en nocivos o no aptos ara el consumo humano.
• Eficiencia. Permite conservar las propiedades organolépticas el mayor tiempo posible, de manera que cuando se consuma el alimento en cuestión, este posea el mayor “frescor” durante un mayor tiempo.
• Eficacia. Dicho proceso se desarrolla mediante equipos de refrigeración industrial que permiten conservar el producto a bajas temperaturas, y en ocasiones, en unas condiciones controladas de humedad y ambiente (concentración de CO2, bacterias, mohos, etc.) mucho mejores para el mismo producto.

Tanto si se trata de una aplicación para la refrigeración alimentos como si queremos enfriar rápidamente distintos alimentos tras cocinarlos o recolectarlos, es preciso diseñar un sistema de gran eficiencia que cumpla unos mínimos requisitos. Esto es de gran importancia tanto para el mismo producto, como para la cadena de suministro en cuestión, pues permitirá garantizar en todo momento la máxima calidad de sus bienes.

• Preservación del alimento sin dañarlo. Sistemas con temperaturas y equipos que generan la potencia y temperatura requerida de manera que no afecten indirectamente al producto, aspecto o a sus propiedades (oscurecimiento por frío, generación de cristales por congelación superficial, contaminación por olores, etc.)
• Fiabilidad y trazabilidad. Las instalaciones y equipos encargados de la preservación y enfriamiento de los alimentos deben poder asegurar unas condiciones continuas y sin variaciones de la temperatura.
• Ahorro energético y economía. Sobre su instalación, debemos tener siempre en el punto de mira que los costes energéticos y de explotación de los sistemas de refrigeración de alimentos afectan directamente al coste del producto. Una singularidad que puede representar una ventaja a la hora de diferenciarse.