Instalaciones Frigoríficas Industriales con Amoníaco

El uso del amoniaco como refrigerante (R-717) se remonta a los orígenes mismos de los sistemas mecánicos de refrigeración, al tratase de un compuesto presente en la naturaleza y fácilmente obtenible como residuo de otros productos y reacciones químicas. Además de su disponibilidad y economía, el amoniaco es un refrigerante con una alta eficiencia energética (gran capacidad de transmisión de calor) además de que trabaja a bajas presiones. Esto da como resultado, sistemas con dimensiones de equipos y tuberías mucho más reducidas pero pensadas para grandes capacidades, frente a sistemas más convencionales que utilizan la gran mayoría de refrigerantes.

Las propiedades del amoniaco, unidas a los sistemas de refrigeración por bombeo sobrealimentado, permiten la construcción de sistemas con grandes capacidades con un rendimiento y eficiencia superior a la gran mayoría de las otras soluciones de este tipo. Por ello, el amoniaco es el refrigerante y sistema más extendido dentro de la refrigeración industrial. Además de esto, las políticas medioambientales desarrolladas en los últimos años (F-Gas), que penalizan el uso de refrigerantes sintéticos de efecto invernadero, han propiciado una mayor aplicación y normalización del uso de refrigerantes naturales, en particular del amoniaco.

Los sistemas o instalaciones frigoríficas con amoniaco que utilizan habitualmente el amoniaco como refrigerante natural, son sistemas de medianas y grandes potencias con sistema mecánico bombeado sobrealimentado. Aunque cada vez se están adaptando más los sistemas de mediana y baja potencia con sistemas mecánicos de expansión seca. Los sistemas bombeados alimentados mediante refrigerante amoniaco se basan en un sistema mecánico de refrigeración (compresor, condensador, recipiente de líquido) similar al de los sistemas más básico en este sentido.

En este caso, la expansión no se hace en el evaporador, sino en un recipiente en el que se mantiene una fase líquida en condiciones de baja presión (temperatura a la que queremos evaporar). Este líquido es, por tanto, el que se bombea en el orden de 3 veces más que el caudal necesario a los evaporadores en los servicios. Esto nos permite que el intercambio sea máximo, al tener todo el espacio “inundado” del líquido en ebullición, lo que maximiza la transmisión de calor, reduciendo con ello el tamaño de equipos y tuberías en las instalaciones frigoríficas con amoniaco.

Por todo lo anteriormente indicado y mucho más, se advierte que el amoniaco y los sistemas de refrigeración con amoniaco basados en refrigerantes naturales, tienen unas notables ventajas y beneficios para las instalaciones frigoríficas en todos los niveles que sería conveniente repasar.

• MEDIOAMBIENTALES: Se trata de un refrigerante natural que no contribuye al aumento del efecto invernadero ni ataca a la capa de ozono. Debidamente gestionado y evitando vertidos incontrolados de este tipo, el amoniaco es el más respetuoso con el medio ambiente.
• ENERGÉTICOS: Su elevada capacidad calorífica y la combinación de diferentes sistemas de refrigeración hacen que las instalaciones frigoríficas con amoniaco tengan un elevado COP, lo que influye directamente en conseguir un consumo más reducido desde el punto de vista industrial y, por lo tanto, a conseguir un menor coste de explotación y huella de carbono.
• VERSATILIDAD: Su amplia gama de temperaturas de trabajo en un rango relativamente bajo de presiones nos permite atender cualquier tipo de servicio industrial (cámaras de temperatura positiva, cámaras de congelado, túneles de congelación, sistemas de enfriamiento rápido, generación de agua fría, etc.) con un solo refrigerante y sistema. Además, forma un tándem perfecto con el CO2 en sistemas en cascada para aquellas aplicaciones de baja temperatura.
• ECONÓMICOS: El amoniaco en sí es un refrigerante muy económico, además de ello, los sistemas con amoniaco permiten tener un retorno de la inversión muy rápido en comparación con otro tipo de sistemas. Gracias al elevado conocimiento y la planificación que se viene realizando en el mantenimiento y la gestión energética de estos sistemas de refrigeración, el coste de operación es también muy controlado y ventajoso para cualquier aplicación industrial.
• SEGURIDAD: El olor fuerte y característico del amoniaco forma parte de su seguridad, puesto que una ínfima cantidad liberada en el ambiente genera una rápida reacción y detección del mismo. Además de ello, regulatoriamente el amoniaco está clasificado como refrigerante B2L, esto implica un nivel de seguridad y diseño que garantizan una baja posibilidad de incidentes.

En Tefrile somos especialistas en instalaciones frigoríficas industriales con amoniaco puesto que llevamos casi 30 años trabajando con este tipo de sistemas y contamos con la experiencia y los colaboradores ideales para diseñar y construir soluciones optimizadas para cada tipo de proyecto con refrigerantes naturales como pueden ser el amoniaco. Es por ello que somos capaces de dar una solución completa para cualquier tipo de proceso que el cliente necesite para su empresa para que pueda contar con una de nuestras mejores instalaciones frigoríficas de amoniaco.

En nuestra empresa todos nuestros clientes se benefician de un trato personalizado e implicación directa, dando como resultado la ejecución de las instalaciones frigorificas industriales eficientes y eficaces, con una inversión ajustadas y un rápido retorno de la inversión. Nuestra firme política de tecnología abierta, nos permite utilizar todos los equipos y sistemas indicados para cada tipo de aplicación y complejidad del proyecto; trabajando para ello con todas las marcas y fabricantes del mercado ofreciendo gracias a eso una personalización total para el cliente en todo momento.